Imagina subir a una nave espacial sabiendo que nunca volverás a la Tierra. La nave, llamada Chrysalis, fue diseñada para llevar a 2.400 personas en un viaje sin retorno hacia el sistema estelar más cercano: Alfa Centauri.
La distancia es casi imposible de imaginar: unos 40 billones de kilómetros (25 billones de millas). Incluso con la tecnología más avanzada, el trayecto duraría 400 años.
Eso significa que nadie de los que embarquen llegará a destino. En su lugar, la vida continuará a lo largo de muchas generaciones dentro de la nave. Familias enteras nacerían, vivirían y morirían entre las estrellas.
Chrysalis fue creada como parte del Concurso de Diseño Proyecto Hyperion, donde ingenieros imaginaron una nave multigeneracional capaz de mantener una sociedad cerrada durante siglos.
Es solo un experimento mental, no un plan real. Pero plantea una pregunta fascinante: ¿aceptarías una misión así — dejando la Tierra para siempre, con la esperanza de que tus descendientes algún día pisen otro mundo?