La semana pasada, un avión de pasajeros de Delta Air Lines, fabricado por Boeing, despegó del Aeropuerto JFK en Nueva York. Apenas había ganado altura cuando de alguna manera se desprendió un tobogán de emergencia inflable del avión.
Dos días después, el tobogán fue encontrado en las rocas costeras, justo al lado de la casa del abogado Jake Bissell-Linsk. A principios de año, su firma había presentado una gran demanda contra Boeing, irónicamente, por problemas de seguridad con estos aviones.
La demanda se presentó porque, en enero de 2024, un tapón de la puerta de un Boeing 737 Max 9 se desprendió en pleno vuelo. Este incidente obligó a Alaska y United Airlines a cancelar cientos de vuelos, lo que resultó en pérdidas significativas.
Afortunadamente, ninguno de los pasajeros resultó herido y el avión pudo regresar al aeropuerto de manera segura. Más tarde, se encontraron defectos en las puertas de varios otros aviones de Boeing.
Jake Bissell-Linsk descubrió una «enorme tela gris-amarilla» cerca del agua durante un paseo. La orilla está a solo unos metros del patio trasero de la casa del abogado, ubicada en Bell Harbor Bay, un barrio de Queens, Nueva York.
«No quería tocarla, pero me acerqué lo suficiente para mirarla mejor. Todo nuestro caso judicial se trata de los problemas de seguridad en Boeing, y aquí está este tobogán, literalmente justo en frente de mi casa», dijo el abogado a los periodistas del New York Post.
A juzgar por la foto, el tobogán podría haber caído cerca de cualquiera de las cientos de casas a lo largo de esta orilla. Pero alguien allá arriba decidió hacer una pequeña broma y eligió la casa del abogado que recientemente demandó a la corporación.
El tobogán de emergencia fue pronto sacado del agua por los trabajadores llamados.
Los problemas técnicos en el vuelo 520, que se dirigía de Nueva York a Los Ángeles y del cual cayó el tobogán, se notaron inmediatamente después del despegue. Se informó de una vibración, después de lo cual el avión regresó al aeropuerto JFK, donde se descubrió que un panel en el ala estaba abierto y el tobogán de emergencia se había caído.
«La avaricia de Boeing ha llevado a un mayor riesgo de defectos de fabricación, lo que puede hacer que los nuevos aviones de esta compañía sean inseguros», afirma la firma de abogados de Bissell-Linsk.
«Pero aún no hemos decidido si vincularemos este incidente con nuestro caso», agregó el abogado.
