Una extraña franja luminosa blanca apareció en el cielo de al menos siete estados de EE. UU. el 17 de mayo de 2025. El fenómeno fue provocado por un cohete chino que acababa de poner en órbita seis satélites. Antes de volver a entrar en la atmósfera terrestre, el cohete liberó combustible sobrante, creando una enorme cinta brillante en el espacio que reflejó la luz del sol hacia la Tierra.
La estela, que parecía una aurora boreal, se pudo ver durante unos diez minutos en lugares como Colorado, Nuevo México, Misuri, Idaho, Utah, Nebraska y Washington. Muchas personas pensaron que se trataba de un fenómeno natural como las auroras o el raro efecto conocido como STEVE, pero los expertos aclararon después que se trataba de una “liberación de combustible” del cohete.
Cuando el combustible se expulsó a unos 250 kilómetros de altitud, se congeló en diminutos cristales que reflejaron la luz solar. Así se formó el gigantesco rastro luminoso, que se volvió aún más impresionante porque coincidió con una tormenta geomagnética que también generó auroras.
El cohete Zhuque-2E, fabricado por la empresa china LandSpace, utiliza metano y oxígeno líquidos como combustible. Este nuevo tipo de propulsión, conocido como “metaloX”, se considera más limpio y fácil de almacenar que los combustibles tradicionales como el queroseno. Además, entusiasma a los científicos porque el metano podría producirse en otros planetas, como Marte, lo que ayudaría en futuras misiones espaciales.
Este tipo de espectáculos luminosos no son exclusivos de China. Los cohetes de SpaceX también han producido espirales y estelas brillantes en el cielo tras liberar combustible. Aunque estos destellos resultan hermosos, nos recuerdan lo activa que se ha vuelto la exploración espacial humana y cómo los eventos en el espacio pueden iluminar de forma inesperada el cielo nocturno de la Tierra.
