RFK Jr. y la verdad sobre las vacunas de ARNm
En los últimos meses, Robert F. Kennedy Jr., secretario de Salud de Estados Unidos, ha hecho afirmaciones fuertes sobre los supuestos peligros de las vacunas de ARNm. Canceló 500 millones de dólares destinados a la investigación de esta tecnología, asegurando que no es segura ni eficaz. Los científicos y expertos en salud pública no están de acuerdo: insisten en que estas declaraciones son engañosas y ponen en riesgo las políticas de salud del futuro.
¿Son peligrosas las vacunas de ARNm?
Kennedy asegura que las vacunas de ARNm provocan efectos graves e incluso muertes. No hay evidencia científica que lo respalde. Los estudios muestran que estas vacunas reducen drásticamente el riesgo de hospitalización y muerte por COVID-19.
¿Y las proteínas de espiga?
Algunos críticos afirman que la proteína de espiga del virus puede dañar tejidos. Es cierto cuando se produce en grandes cantidades durante la infección. Pero las vacunas de ARNm producen una cantidad muy pequeña y controlada, suficiente para entrenar al sistema inmunitario sin causar daño, y además bloquean al virus para que no genere mucho más.
Efectos secundarios como la miocarditis
La miocarditis (inflamación del corazón) puede aparecer en raros casos, sobre todo en hombres jóvenes después de un refuerzo. Sin embargo, es mucho más común tras la infección por COVID-19. Además, quienes la sufren por la vacuna suelen recuperarse antes y con menos complicaciones.
¿Crean variantes resistentes?
Los virus mutan de forma natural al multiplicarse. Tanto las vacunas tradicionales como las de ARNm reducen esa multiplicación, y por lo tanto también las mutaciones. No hay pruebas de que las vacunas de ARNm generen variantes más peligrosas.
¿Son eficaces contra las variantes?
Sí. Aunque las variantes reducen la eficacia para prevenir la infección, las vacunas de ARNm siguen protegiendo contra casos graves y hospitalizaciones. Además, se pueden actualizar en solo 2–3 meses, mucho más rápido que las vacunas tradicionales.
El futuro de la tecnología de ARNm
Las vacunas de ARNm no se limitan al COVID-19. Ya se investigan para la gripe, el VIH, el cáncer y enfermedades autoinmunes. Se trabaja en hacerlas más fáciles de almacenar y en reducir efectos secundarios. Muchos científicos creen que abandonar esta tecnología sería un retroceso que costaría vidas.
En conclusión: las vacunas de ARNm son seguras, eficaces y adaptables. Rechazarlas por afirmaciones falsas significa arriesgarse a no estar preparados para futuras crisis sanitarias.
