Recientemente, aparecieron en Internet fotos de un animal que se asemeja al tigre de Tasmania (también conocido como tilacino o lobo marsupial), que se extinguió hace 88 años.
Un hombre llamado Zak, junto con su padre, estaba de vacaciones en la isla de Tasmania, cerca de Australia, en abril de 2024. Una noche, encontraron un animal inusual en la carretera.
Al principio, Zak pensó que era simplemente un perro extraño, pero luego la criatura abrió su boca, revelando una mandíbula inusualmente grande («¡Simplemente enorme!») y comenzó a chillar de una manera aterradora, diferente a cualquier perro.
Según Zak, el encuentro con este «perro» duró unos 30 segundos, durante los cuales logró tomar varias fotos del animal con su teléfono.
Zak no se apresuró a publicar las fotos en las redes sociales. En su lugar, primero contactó a Forrest Galante, un experto estadounidense en vida silvestre. Galante tuvo sentimientos encontrados. Reconoció que el animal en las fotos parecía exactamente un tigre de Tasmania extinto, pero le costaba creer que las imágenes fueran reales.
«Realmente quiero creerle (a Zak), pero esto debe ser una farsa… Mi intuición me dice que es algún tipo de falsificación,» dijo Galante en su video.
Después de eso, las fotos del supuesto tigre de Tasmania se difundieron por Internet, incluyendo Reddit, despertando un gran interés entre los usuarios.
Muchos comentaron que las fotos eran «demasiado buenas para ser reales,» mientras que otros creían que los tigres de Tasmania podrían sobrevivir en algunos rincones ocultos de Tasmania. Además, estas no son las primeras fotos recientes del tigre de Tasmania, solo las más claras hasta ahora.
Una de las últimas fotos reales de un tigre de Tasmania en un zoológico.
«Solo después de viajar por Tasmania, la posibilidad de que una pequeña población sobreviviera no me pareció loca. La naturaleza salvaje de Tasmania es vasta y difícil de acceder, y tales lugares ocupan una quinta parte de todo el territorio,» escribió un comentarista.
Sin embargo, otro usuario, identificándose como residente local, no estuvo de acuerdo:
«Vivo en Tasmania y si el tilacino aún existiera, alguien ya lo habría atropellado con un coche, y tendríamos un cadáver completo.»
