Una familia con tres niños de North Magwegwe, un suburbio de Bulawayo, Zimbabue, se ha encontrado con una cruel entidad invisible que ataca a los niños día y noche.
Según informes de los medios locales, los tres niños de género no revelado, de 13, 12 y 8 años, viven bajo el cuidado de sus abuelos. Y el otoño pasado, algo malévolo se instaló en su hogar.
«No sabemos qué hacer al respecto. Comenzó en noviembre del año pasado. Una mañana, nuestros hijos se despertaron y tenían el pelo afeitado. Pensamos que era solo una coincidencia.
Pero al día siguiente, nuestro hijo más pequeño se despertó en medio de la noche con un grito fuerte. ¡Alguien lo apuñaló con un cuchillo en la pierna! Y alguien volvió a afeitarle el pelo (aparentemente, solo se afeitaban ciertas secciones del cabello cada vez).
Todos estábamos horrorizados y no teníamos idea de lo que estaba sucediendo», relata uno de los adultos, temblando de miedo.
Desde esos días, los eventos paranormales en su hogar han estado ocurriendo regularmente. Y ahora, algo abre y cierra ventanas y puertas, enciende y apaga luces, roba ollas de la cocina y comida del refrigerador.
Luego comenzaron a escuchar sonidos en la cocina como si alguien estuviera cocinando allí, pero cuando fueron a la cocina, estaba vacía.
«Buscamos ayuda de varios profetas e iglesias, pero después de cada intento, la situación solo empeoraba. Las puertas y ventanas se abrían inexplicablemente, la ropa de nuestros hijos, especialmente sus uniformes escolares, estaban rotos, y ya no podían ir a la escuela.
Contratamos a un sanador espiritual para una ceremonia de limpieza. Y al día siguiente, nuestra casa se incendió misteriosamente, pero solo las habitaciones se vieron afectadas. Todo en la cocina y el comedor quedó intacto.»
En un intento por salvar a los niños del tormento invisible, enviaron a los tres a su abuela por parte materna, que vive en Sudáfrica. Pero el poltergeist los siguió, y todo continuó allí también.
El agresor invisible seguía atacando a los niños por la noche y los golpeaba. Los platos se rompían por sí solos, la ropa se dispersaba por la casa, y luego el dinero comenzó a desaparecer inexplicablemente de la casa. Después de eso, los niños regresaron a Zimbabue.
«Intentamos proteger a los niños enviándolos a dormir a la casa de los vecinos, pero los disturbios también los siguieron allí. Anoche, hubo otro alboroto en la habitación de los vecinos, y estaba inundada de agua. Estamos desorientados. Los niños sufren más, y no hay paz en nuestras vidas. Todos los vecinos nos temen, y no sabemos a dónde acudir. Suplicamos cualquier ayuda que podamos obtener.»
La ropa de los niños en la habitación constantemente se arruina y se dispersa por el poltergeist.
La abuela de los niños, Mayinesi Chongwe, contó con lágrimas en los ojos que los vecinos ahora la llaman bruja, culpándola por lo sucedido:
«A los 80 años, nunca he practicado la brujería ni he usado ningún encanto. Soy cristiana. Pero algunos vecinos me acusan de brujería, creyendo que estoy detrás de estas desgracias. Debido a esto, nadie nos ayuda. Cuando se desató el incendio, los vecinos miraban en lugar de ayudar, alimentados por estas sospechas», dice la llorosa Chongwe.
Cuando el equipo de filmación del sitio web de noticias B-Metro visitó esta casa, un ladrillo grande voló por la ventana desde una fuente desconocida, haciendo añicos el vidrio. No está claro si esto fue una manifestación del poltergeist o si el ladrillo fue lanzado por uno de los vecinos.
Una vecina, a quien enviaron a los niños para pasar la noche, le dijo a los periodistas que algo malévolo claramente quiere matar a estos niños:
«Los niños estaban durmiendo en mi sala de estar cuando la tetera y las tazas de mi aparador fueron movidas misteriosamente y usadas para golpear a los niños toda la noche. Mi nieto, que estaba durmiendo cerca, huyó atemorizado y se quedó dormido en el armario. Estoy convencida de que estas fuerzas invisibles tienen un solo objetivo: matar a los niños. Me temo que podrían morir incluso bajo mi vigilancia», dijo.
Una niña de 13 años, cuyo nombre no se revela, dijo que los ataques sobrenaturales han convertido su vida en una existencia insoportable. Y algo parece intentar desvestirla por completo cuando se está preparando para la escuela. Por ello, se ve obligada a dejar de asistir a clases.
«Tengo miedo de ir a la escuela porque cada vez que me preparo, descubro que mi uniforme está roto o falta. Se ha vuelto imposible para mí asistir a clases porque todos mis uniformes están dañados y no tengo nada que ponerme. A veces nos abofetean o nos golpean con piedras que parecen aparecer de la nada, convirtiendo nuestras vidas en una pesadilla despierta», dijo.
