El 16 de mayo de 2024, se realizó una llamada al servicio 911 en Acapulco, México, por parte de trabajadores viales que estaban despejando un canal de drenaje.
Los trabajadores descubrieron una gran estatua de piedra en el barro en el fondo del canal, que representaba a una extraña criatura con un cráneo humano en su mano y grandes ojos en forma de almendra que se asemejaban a los de los extraterrestres.
Las fotos de este descubrimiento se difundieron rápidamente en las redes sociales locales y se volvieron virales, provocando rumores de que era evidencia de un contacto antiguo de los aztecas con seres extraterrestres.
«Every night, a white giant with burning eyes came to my bed.» La estatua fue luego transportada al Instituto de Antropología local para su estudio para determinar su antigüedad y origen cultural.
Varios días después, los investigadores declararon que la estatua estaba tallada en magma petrificado y probablemente representaba a la Serpiente Emplumada, pero afirmaron que este artefacto «excede el contexto prehispánico» y por lo tanto no fue creado en tiempos prehispánicos.
En consecuencia, argumentaron que la estatua «no puede considerarse patrimonio cultural arqueológico» ya que no cumple con los criterios necesarios.
Esta explicación es bastante vaga y no está claro si hubo intentos de fechar la estatua científicamente o si las conclusiones de los científicos se basaron únicamente en dogmas como «los extraterrestres no existen, por lo que este artículo es una falsificación».
Sin embargo, también se informó que poco después del descubrimiento de la estatua en el canal, alguien afirmó que la estatua era de su propiedad, que había comprado en la ciudad de Tula, México. Tula, por cierto, es la antigua capital de los toltecas.
Ahora se cree que la estatua terminó en el canal después de que su casa fuera destruida durante un huracán. También había otra estatua allí, que desapareció sin dejar rastro.
Basándose en todo esto, los periodistas mexicanos concluyeron que el misterioso hallazgo probablemente representa una imitación moderna de un antiguo contacto extraterrestre. De hecho, se producen abundantemente muchas esculturas que imitan el estilo de las culturas precolombinas de Mesoamérica y se venden en tiendas para turistas.
Sin embargo, tales falsificaciones están principalmente hechas de yeso, no de piedra real, así que quién sabe, tal vez esto fue realmente un auténtico artefacto tolteca. Donde está ahora esta estatua, los medios de comunicación no especifican, pero es probable que haya sido devuelta al propietario reclamado.