«En el momento de la muerte clínica, vi cómo mi alma vivía en los cuerpos de diferentes extraterrestres»
En 2015, una estadounidense llamada Angela Rose Harris habló sobre su extraordinaria experiencia cercana a la muerte. Inusual incluso para este tipo de historias.
Trabajaba como maestra en una escuela y, en un momento dado, comenzó a tener problemas de salud muy graves. Durante una de sus visitas al hospital para un chequeo, se sintió muy mal, cayó al suelo y comenzó a sufrir convulsiones; su respiración y pulso casi desaparecieron.
En ese momento, experimentó lo que se conoce como una experiencia cercana a la muerte, pero en su caso, no hubo el típico túnel de luz, la visita al Paraíso o una conversación con ángeles. Todo fue mucho más extraño.
Una experiencia fuera de lo común
Primero, Angela se dio cuenta de que ya no sentía dolor, lo que fue un gran alivio para ella. Sintió una profunda paz y tranquilidad. Pero, al mismo tiempo, comprendía que su esposo, quien acababa de verla morir, estaba sufriendo un dolor inmenso.
Podía ver el sufrimiento de su marido, así como al médico y la enfermera corriendo alrededor de su cuerpo, intentando reanimarla y luego colocándola en una camilla. Lo veía todo con una visión de 360 grados, y luego la camilla pasó a través de ella como si fuera un fantasma invisible.
Entonces, apareció una entrada a un «nuevo espacio» junto a ella, y comenzó a sumergirse en una «oscuridad aterciopelada». Allí todo era silencioso, pacífico y completamente seguro.
Encuentro con Melanie
De repente, apareció otra persona a su lado. Era una mujer de cabello largo y oscuro y ojos marrones. Angela, por alguna razón, sabía que su nombre era Melanie.
Caminaron juntas y conversaban como si fueran viejas amigas. Melanie la tranquilizó, explicándole que acababa de liberarse de su cuerpo y que ahora estaba avanzando.
En sus manos, Melanie sostenía un libro. Aunque Angela no podía ver el título, estaba segura de que era el libro de su vida, donde se registraba todo lo que había experimentado.
Luego, salieron de la «oscuridad aterciopelada» y entraron en un espacio blanco y suave, como si estuvieran dentro de una enorme nube.
Encuentro con seres queridos y visiones del futuro
Allí, Angela vio a muchas personas dándole la bienvenida con alegría. Al mirar más de cerca, comenzó a reconocer a algunos de ellos: su difunta abuela y abuelo, tías y tíos, e incluso algunos amigos fallecidos. Los abrazó y los besó, y todo parecía tan real como en la vida.
En ese mismo espacio blanco, Angela también pudo ver imágenes del futuro de sus hijos. Vio a su hija menor convertida en una mujer adulta vestida con una bata blanca.
Cuando miró a su hija mayor, de repente la vio en la forma de un hombre adulto. Esto también resultó ser cierto: su hija mayor, al crecer, declaró ser una persona transgénero y comenzó a identificarse como hombre.
Descubrimiento de vidas pasadas y futuras
En ese «espacio blanco», Angela comprendió que la Tierra era solo un refugio temporal para su alma y que su verdadero «hogar» estaba en otro lugar.
También sintió que podía viajar instantáneamente a través del tiempo y el espacio y ver sus vidas pasadas o futuras.
En un momento, se vio a sí misma viviendo en otro planeta y en otro cuerpo. Era una criatura de piel azul. Se encontró junto a ese ser y sintió que este notaba su presencia, mirándola fijamente.
Luego, se vio como un humanoide insectoide, similar a una mantis religiosa, con un exoesqueleto rojo óxido, grandes ojos negros reflejando luz, un cuerpo segmentado con piernas largas y delgadas. Sus manos eran pequeñas, y tenía antenas en la nariz.
Angela nunca había visto una criatura así antes. No se comunicó con ellas, pero al mirarlas, entendió que todas eran versiones de ella misma en diferentes formas.
Una visión del futuro de la humanidad
En uno de sus viajes al futuro, vio a la humanidad después de grandes guerras. La población de la Tierra había disminuido drásticamente, la gente vivía en pequeñas comunidades y se enfocaban más en la agricultura que en la alta tecnología.
Finalmente, Melanie le dijo a Angela que en la Tierra la amaban y la apoyaban. Luego, su suegra fallecida se acercó y le dijo que debía regresar para cuidar de sus hijos.
Regreso a la vida
En ese momento, Angela despertó en la cama del hospital. Se dio cuenta de que había vuelto a su cuerpo, pero no quería despertar. Ese otro lado era tan pacífico y se sentía tan bien allí que cerró los ojos con fuerza, con la esperanza de regresar.
Pero no funcionó.
Esta experiencia cambió completamente su conciencia. Se volvió más compasiva, amorosa y tranquila, y ahora ve la vida de otra manera.
Aprecia cada paseo al aire libre, cada brisa, cada ardilla en un árbol. Todo esto le recuerda que no somos solo cuerpos, sino almas dentro de cuerpos.
