Esta historia fue contada una vez por el ufólogo estadounidense Leonard Stringfield, quien era bastante conocido en la segunda mitad del siglo XX. Se reunió personalmente con los testigos y les preguntó detalles sobre el incidente.
Ocurrió la noche del 3 de julio de 1955, alrededor de las 3:30 AM, en una zona rural de Georgia, EE.UU., cerca de la ciudad de Stockton. Una mujer llamada Simmonds, junto con su esposo Wesley, estaba conduciendo por la autopista hacia Florida para pasar sus vacaciones allí. Ella estaba al volante, mientras su esposo dormía en el asiento trasero del coche.
De repente, en las luces delanteras, vio un grupo de cuatro hombres bajitos en el camino. Medían un poco menos de 1 metro de altura, vestían capas gris-verdosas y sombreros de ala ancha.
La mujer logró observar de cerca su apariencia, notando sus largas garras, ojos grandes «como platos» sin pupilas que brillaban en rojo, y narices ganchudas «como zanahorias» en sus rostros. Su piel y extremidades eran de color gris.
En general, estos seres le parecieron a la mujer como brujas enanas caricaturescas y extrañas, tal como se representan comúnmente en la cultura occidental.
Dibujo del testigo
Al darse cuenta de que estaba a punto de atropellar a estos seres, la mujer gritó fuerte, giró el volante y los esquivó por la orilla del camino. No pensó en detenerse y continuó conduciendo. Sin embargo, su grito despertó a su esposo, y ella le contó sobre los seres que había visto.
Su esposo estaba muy interesado en ellos y le pidió a su esposa que regresara para verlos, pero la mujer estaba tan asustada que se negó rotundamente.
«Realmente suena como una historia de miedo cuando se la cuentas a otros. Pero no es lo mismo cuando lo ves tú mismo. Realmente te asusta», relató la Sra. Simmonds.
Más tarde, recordó otro aspecto extraño: cuando esquivó a los seres por la orilla del camino, apenas se movieron, solo dieron un pequeño paso hacia atrás. Era como si no hubieran notado el coche con las personas hasta ese momento.
En cuanto a lo que estos seres estaban haciendo en grupo en medio del camino, la Sra. Simmonds creía que estaban cavando algo. Notó palos en sus manos, similares a los de palas.
Leonard Stringfield interrogó a esta mujer minuciosamente sobre si había visto un OVNI antes o después del incidente esa noche, pero ella respondió que no. Las entrevistas con los residentes locales y otros conductores también indicaron que los OVNIs no estaban involucrados.
La identidad de estos seres sigue siendo desconocida. ¿Eran simplemente niños con disfraces de carnaval? ¿Pero qué estarían haciendo en un camino desierto a altas horas de la noche? ¿Bromistas? Pero la misma pregunta se aplica. Este era un camino rural donde no había muchos coches ni siquiera durante el día, especialmente en la década de 1950.