En 2017, aparecieron en los medios fotos inquietantes de un cordero prematuro acostado en una bolsa de polietileno y conectado a tubos con una solución de nutrientes. Este era un útero artificial experimental con el nombre en clave EXTEND, creado por científicos del Instituto de Investigación de Filadelfia.
Permitió la supervivencia de corderos nacidos demasiado temprano para una viabilidad normal. Este período correspondía aproximadamente a la semana 23 del embarazo humano, y el útero artificial cumplió bastante bien su tarea.
Los corderos en él continuaron creciendo, desarrollándose e incluso creciendo lana durante tres semanas. Su desarrollo cerebral también procedió normalmente, como si estuvieran desarrollándose dentro de la madre.
Por lo tanto, ha surgido la pregunta de aplicar úteros artificiales directamente a los humanos. Recientemente, los científicos anunciaron que esperan que este problema se resuelva ya en 2024.
Los científicos de Filadelfia realizaron alrededor de 300 experimentos exitosos en corderos. Un recién nacido colocado en el útero artificial primero se conectaba a través del cordón umbilical a un llamado oxigenador, que proporciona circulación sanguínea. El sistema también permite que el recién nacido respire y trague líquido amniótico, como en un útero normal.
«Los animales mostraron movimientos normales o mejorados, ciclos de sueño/vigilia, respiración e ingestión intermitentes, y generalmente parecían cómodos y sin estrés», compartieron los investigadores.
«La idea era superar las dificultades cuando realmente luchan y llevarlos al punto en el que estén bien».
Alan Flake, uno de los desarrolladores de EXTEND, dice que su invención no puede reemplazar completamente el embarazo y actualmente no es más que un «sueño no cumplido especulativo sensacional». Sin embargo, quién sabe qué sucederá en 10 o 20 años dada la rápida evolución de la ciencia.