En arqueología, el término «artefactos fuera de lugar» se refiere a objetos aparentemente hechos por el hombre (ollas, jarrones, cadenas, hachas, etc.) que han sido encontrados en capas arqueológicas donde su presencia es físicamente inexplicable.
Por ejemplo, algunos de estos objetos han sido descubiertos en minas incrustados en vetas de carbón, que los científicos estiman en 350-250 millones de años de antigüedad. Sin embargo, los humanos como especie comenzaron a formarse hace solo unos 3 millones de años.
Mientras que algunos artefactos fuera de lugar han sido estudiados bastante bien, como el «hacha» de Aiud o el martillo de Londres, otros desaparecieron inexplicablemente poco después de ser descubiertos, dejando solo unas pocas notas en la prensa local.
El 25 de abril de 1886, apareció un pequeño artículo sin fotos en el periódico de Pensilvania «Lewistown Gazette» sobre un trozo de pizarra con rostros humanos tallados, descubierto por mineros locales en el área de las colinas Broad Top.
Se describió que los rostros humanos eran muy visibles, como si hubieran sido tallados con herramientas de grabador, y representados en detalle «con barbilla, boca, mejillas, frente y ojos claramente definidos».
Los mineros se encontraron con la pizarra con rostros tallados mientras extraían carbón y encontraron esta pieza tan inusual que la arrancaron de la roca para llevarla a la superficie.
Dada la edad de la formación del carbón, este trozo de pizarra tenía muchos millones de años, y por supuesto, nadie en ese momento podría haber tallado rostros humanos en él. La mina misma fue excavada solo en el siglo XIX.
El editor del periódico sugirió que tal vez una impresión inusual de plantas antiguas podría crear la ilusión de rostros humanos, pero los mineros insistieron en que eran claramente rostros humanos, como si hubieran sido tallados por un escultor hábil.
El artículo mencionaba que se tomaron varias fotos de este trozo de pizarra con rostros, pero nunca llegaron a la prensa y no han sobrevivido hasta el día de hoy.
El trozo de roca con rostros también desapareció. Dónde fue después es desconocido, aunque el artículo señalaba que los mineros lo mostraron tanto a representantes de la prensa como a la administración de la mina.
