Las esferas encontradas en el fondo del Océano Pacífico en 2023, que se especuló que podrían ser fragmentos de una nave espacial alienígena, en realidad tienen un origen completamente terrestre. Sin embargo, no se trata de un gran engaño.
Esto se menciona en un estudio del físico Patricio A. Gallardo de la Universidad de Chicago, publicado en la revista Research Notes of the AAS. La afirmación sensacional sobre el origen de las esferas fue hecha previamente por el excéntrico profesor de física de Harvard, Avi Loeb.
Loeb llevó a cabo un extenso trabajo y organizó una expedición para descubrir restos de un meteorito interestelar (originado fuera del Sistema Solar) en el fondo del océano, que él creía tenía todas las características de no ser simplemente un cuerpo celeste ordinario, sino un producto de inteligencia extraterrestre.
Cuando las pequeñas esferas redondas fueron llevadas a la superficie y analizadas, Loeb volvió a afirmar que tenían un origen extraterrestre. Según él, contenían elementos «nunca antes vistos» y que las esferas podrían ser restos de una nave espacial alienígena.
A pesar del estatus serio de Loeb, su afirmación fue inmediatamente criticada por la falta de pruebas convincentes. Sin embargo, esto no parece desanimar al profesor, que ya ha hecho afirmaciones igualmente sensacionales en el pasado, como cuando llamó al cometa en forma de cigarro, Oumuamua, un producto de una civilización alienígena. También una vez (junto con un representante del Pentágono) sugirió que los extraterrestres en el Sistema Solar podrían estar lanzando sondas a la Tierra.
Ahora, Gallardo parece haber decidido poner fin a las historias fantásticas de Loeb. Según él, las esferas tienen un origen completamente terrestre, y su composición indica «contaminación de fuentes terrestres».
«El origen meteorítico no es creíble», señaló Gallardo.
Explicó que las conclusiones de Loeb implicaron pocas comparaciones con contaminantes para descartar la hipótesis más obvia de la contaminación terrestre.
Aclaró que las esferas recuperadas del océano son ricas en tres elementos: berilio, lantano y uranio. Los niveles de lantano y uranio eran 500 veces más altos que en las rocas terrestres, y los niveles de berilio eran cientos de veces más altos.
Fue debido a la presencia de berilio que Loeb afirmó que las esferas eran de origen extraterrestre, ya que este elemento se produce en una reacción violenta (espolación) que involucra rayos cósmicos de alta energía.
Sin embargo, Gallardo disputa esta versión.
«El contenido de níquel, berilio, lantano y uranio se estudió en el contexto de una fuente de contaminación antropogénica (creada por el hombre) conocida, y se encontró que coincide con el contenido en cenizas de carbón», explicó el físico.
Agregó que esferas similares fueron encontradas durante una expedición naval en el Golfo de México en 1976. El análisis de ese hallazgo también reveló una similitud con las cenizas de carbón, los desechos de la quema de carbón en plantas de energía y motores de vapor.
