En 2023, los médicos en EE. UU. comenzaron a notar el nacimiento de infantes con un síndrome previamente desconocido, caracterizado por múltiples defectos físicos y mentales, incluyendo dedos fusionados, piernas deformadas y diversas deformidades en la cabeza.
Posteriormente se descubrió que todas las madres de estos infantes habían tomado fentanilo (un potente analgésico opioide) durante el primer trimestre del embarazo, y la condición recibió el nombre de Síndrome Fetal por Fentanilo.
El fentanilo se utiliza en medicina como analgésico para enfermedades graves, heridas severas o incluso para la eutanasia debido a su extrema toxicidad.
El uso prolongado de fentanilo conduce a una severa adicción a las drogas, y sus efectos en el cuerpo humano son similares, pero más intensos, que los de la heroína. Esto ha llevado a un aumento en la adicción al fentanilo en algunos países, especialmente en EE. UU., en los últimos años. En 2021, aproximadamente 70,000 personas en EE. UU. murieron por sobredosis de fentanilo.
El problema de los bebés deformados por fentanilo comenzó en el otoño de 2023, cuando los pediatras en Delaware identificaron a 10 infantes con los defectos físicos descritos, incluidos de California, Boston y Rhode Island.
Desde entonces, el número de estos niños ha aumentado. Recientemente, el Dr. Miguel Del Campo del Hospital Infantil Rady en San Diego examinó personalmente a otros 20 infantes con este síndrome y teme que pueda haber muchos más. Oficialmente se desconoce cuántos bebés afectados por fentanilo han nacido.
Ahora se cree que el fentanilo interfiere con la capacidad del feto para producir colesterol en el útero, afectando directamente el desarrollo adecuado de su cerebro y cuerpo. Los infantes con este síndrome también pueden tener un paladar hendido, narices severamente levantadas, párpados caídos, una mandíbula inferior subdesarrollada e incluso dedos con membranas.
«Temo que esto no sea raro y me preocupa que estos niños pasen desapercibidos», dice el Dr. Del Campo.
El nacimiento de bebés afectados por fentanilo está directamente relacionado con el aumento brusco de las sobredosis de fentanilo en EE. UU. — de 2016 a 2021, el número de sobredosis se triplicó, alcanzando 21.6 casos por cada 100,000 personas.
El fentanilo también se usa cada vez más para potenciar los efectos de otras drogas, como la cocaína y el éxtasis. Muchos consumidores de drogas a menudo no saben que están consumiendo fentanilo.
Es notable que, hace solo dos años, el Instituto Nacional de la Salud en EE. UU. afirmó que «según estudios, no se espera que la exposición al fentanilo aumente la probabilidad de defectos congénitos». Sin embargo, los estudios han demostrado desde entonces que el fentanilo atraviesa la placenta durante el primer trimestre del embarazo y se acumula en los tejidos cerebrales fetales.
Recientemente, un nuevo síndrome fue estudiado por médicos de la Universidad de Vanderbilt en Tennessee. Analizaron las similitudes entre el nuevo Síndrome Fetal por Fentanilo y el síndrome genético conocido como Smith-Lemli-Opitz (SLOS), que ocurre cuando una persona tiene dos genes que reducen la capacidad del cuerpo para producir colesterol.
Encontraron que cuando el feto tiene solo uno de estos genes, es mucho más susceptible a los defectos congénitos asociados con la exposición intrauterina al fentanilo.
«El fentanilo no solo empeora la síntesis de colesterol, sino que también conduce a la acumulación de los mismos esteroides altamente tóxicos que se encuentran en los pacientes con SLOS. Parece probable que la presencia de este compuesto durante el desarrollo fetal juegue un papel importante en estos síndromes», dijo Ned Porter, profesor de la Universidad de Vanderbilt.
En el caso del talidomida (un sedante en los años 60 que causó el nacimiento de miles de infantes sin brazos o piernas), una decisión de prohibir su uso en mujeres embarazadas ayudó. Sin embargo, con el fentanilo, la situación es mucho más compleja. Las mujeres embarazadas pueden usar la sustancia ilegalmente, y no todos los niños se ven afectados con suficiente intensidad como para causar deformidades congénitas. Por lo tanto, las madres pueden no comprender plenamente el nivel real de riesgo.
Según el Dr. Del Campo, el número de tales niños está claramente aumentando, y ya tiene en mente a niños de 2 años con signos similares que, debido a sus defectos congénitos, no están creciendo ni desarrollándose.
