Los fiscales españoles están descontentos con el creciente número de quejas de los ciudadanos sobre extrañas estelas en el cielo dejadas por aviones que pasan. Tales estelas, conocidas entre los teóricos de la conspiración como chemtrails, se cree que son rociadas sobre áreas pobladas por aviones especiales, que contienen varias sustancias dañinas para los humanos, desde virus y bacterias hasta toxinas que causan alergias, dermatitis o cáncer.
Algunas teorías afirman que los chemtrails pueden influir en la inteligencia de las personas, hacer que realicen compras espontáneas e incluso causar disturbios y revoluciones en el país deseado.
La fiscal jefe de Valencia, Teresa Gisbert, declaró que ha habido tantas quejas sobre los chemtrails que no tienen suficiente tiempo para investigarlas, como están legalmente obligados a hacer.
«No saben cuánto tiempo lleva», se queja Gisbert.
El número de quejas ha aumentado bruscamente después de que las autoridades locales permitieran la presentación de informes en línea para reducir la burocracia.
Gisbert también reveló que las quejas sobre los chemtrails se han vuelto muy comunes en España, tanto que el departamento de medio ambiente de la fiscalía realizó una «investigación técnica exhaustiva», que finalmente concluyó que los «chemtrails» son solo «condensación de aire y el resultado de cambios de temperatura».
Sin embargo, esto no ha detenido el flujo de informes sobre los chemtrails observados. Gisbert lamenta que «algunas personas todavía estén dispuestas a plantear sus propias teorías ridículas», con las que sus funcionarios tienen que lidiar.
También trata de tranquilizar a los denunciantes:
«¡Nadie quiere envenenarnos o liberar gases tóxicos sobre nosotros!»
Como ejemplo, Gisbert mencionó a una mujer de Alzira que regularmente envía fotos de su ropa a la fiscalía, afirmando que las sustancias de los chemtrails dejan manchas sucias en su ropa cuando las cuelga para secarlas en su terraza.
Gisbert también sugiere sutilmente que algunos de los denunciantes pueden ser personas con problemas de salud mental.
«Debemos reaccionar y brindarles ayuda porque están sufriendo», dice Gisbert.
El aumento en el número de quejas sobre los chemtrails en España comenzó tan temprano como en 2013. La gente notó que los «patrones» dejados por los aviones lucían diferentes que antes, y después del paso de estos aviones, las personas comenzaron a toser o a desarrollar sarpullido en la piel.
La foto principal es ilustrativa.
