Esta historia misteriosa le sucedió al piloto soviético Vasil Egorov en 1945. Su avión fue derribado sobre las montañas de Mongolia. Milagrosamente, logró aterrizar la nave dañada, pero durante la caída, golpeó su cabeza y perdió el conocimiento.
Cuando el piloto recobró el conocimiento, no pudo mover su cuerpo. No fue por la lesión, sino porque sus manos y piernas estaban atadas con un material semitransparente, y pequeñas criaturas similares a monos vestidos corrían a su alrededor.
Más tarde, se enteró de que esta tribu se llamaba Hanjangi y las criaturas más altas medían hasta 45 cm. Los liliputienses, compadecidos del piloto sediento, le dieron una bebida amarga y desconocida que lo sumió en un sueño profundo. Cuando se despertó, se sentía mucho mejor, pero le dolía la cabeza. En el lugar enfermo, Vasil notó una etiqueta de un material pegajoso, pero no la tocó.
Los Hanjangi vivían en cuevas subterráneas, donde cultivaban hongos desconocidos que consumían y alimentaban a Vasil. Los hongos se veían iguales, pero viven bajo tierra. Algunos eran como carne, otros como pan, queso, y algunos eran completamente desconocidos.
Casi todo el tiempo, el hombre lo pasaba en la cueva de los gnomos, cavando trincheras y pozos para ellos. Una vez, cuando Vasil salió a la superficie, comenzó una tormenta. Un rayo cayó cerca de él, y perdió el conocimiento. Después de unos días, los pastores mongoles lo encontraron y lo llevaron a los geólogos rusos, quienes finalmente llevaron a Vasil de regreso a su patria. Resulta que lo consideraron muerto, y solo después de una serie de exámenes se convencieron de que realmente era Vasil Egorov. No pudieron reconocerlo de inmediato, ¡ya que habían pasado 14 años desde la guerra soviética!
«En la historia védica se describe que, durante la degradación, las personas se vuelven de menor estatura y viven bajo tierra. Es decir, en términos generales, se convierten en gnomos. Si consideramos la mitología celta, describe la existencia de gnomos como criaturas que viven bajo tierra», dijo el experto en religión Denis Shevalov. «La llegada de tales criaturas a nuestro mundo, según los informes, ocurre a través de grietas. Y no todas las personas pueden pasar a esa dimensión. También hablan de esto en los cuentos de hadas. Por ejemplo, Iván el Tonto saltó en un pozo y llegó al reino de las Tres Décimas. También es una transición a otra dimensión».
